30 enero 2010

Sueños verdaderos

Una mañana clara, iba yo paseando por el campo verde, se veía a lo lejos el arco iris, pues la noche anterior había llovido.
Se oían a los pájaros cantar muy contentos y a los caballos trotar.
Había una pequeña parte vallada para que los caballos tuvieran un poco de libertad.
En los charcos del suelo se podían ver los árboles reflejados, era todo precioso.
Y, de repente, me desperté, me desilusioné mucho, me gustaba ese lugar, era precioso y tranquilo, allí nadie te molestaba.
Al fin de semana siguiente nos fuimos a ver a mi familia a Soria, y dimos un paseo todos juntos, cada vez ese parque me resultaba más familiar, pero estaba segura de que nunca había estado allí y entonces recordé mi sueño, charcos, un arco iris, etc... Estaba allí, mi sueño era real.

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