18 enero 2010

PÁGINA ASESINA.

Inverness es una localidad próxima al lago Ness, allí es donde vive Christine con su madre. Sus padres, John y Emily estaban separados desde hacía años.
Christine estaba haciendo un trabajo de historia en el ordenador cuando, de pronto, la pantalla se puso en negro y comenzó a aparecer un mensaje. Habían pirateado su ordenador.
-Christine.
-Corres peligro.
¿Cómo sabía mi nombre? Se preguntó.
-Acude al puente en frente de tu casa. Rápido.
-Te espero.
Pero, ¿Quién podía ser? Christine sabía que no podía confiar alguien que había entrado en su ordenador sin embargo, cambió de idea al oír un grito que provenía de abajo.
Bajó las escaleras a trompicones y al girar para ir a la sala de estar se le cayó el alma a los pies.
Su madre estaba muerta en el sofá sin aparentemente causa de la muerte.
Sostenía un libro entre sus manos. ¡Qué raro!, pensó. La página estaba en blanco.
Miró el reloj. Hora de la muerte: 3 pm.
Salió llorando de la casa y se dirigió lo más rápido que pudo al lugar donde le habían dicho.
Allí le esperaba un hombre con gabardina negra.
-¿Papá? ¿Has sido tú el que ha entrado en mi ordenador?
John asintió.
Su padre era informático, de modo que tampoco le había extrañado mucho.
-Cariño, ¿qué te pasa?
-Mamá ha muerto. Pero es que no entiendo por qué. No ha pasado nada.
-¡Mierda! Se ha extendido…
-¿El qué se ha extendido?
-Tranquila ahora te lo explicaremos todo.
-¿Explicaremos? ¿Quiénes?
-Ven conmigo.
Fueron hasta casi la orilla del lago allí había una caseta pero al entrar no había nada, tan solo unas herramientas oxidadas y restos de una barca.
John fue derecho al centro y levantó una trampilla que había en el suelo.
Descendieron por unas escaleras y se encontraron con una habitación llena de gente. La sala era amplia pero vasta y desordenada repleta de electrodomésticos estropeados, trozos de madera y toda clase de artilugios.
-Esto es la Resistencia.
-¿La Resistencia? ¿Contra qué?
-Shiisst. Ahora lo sabrás.
Un hombre, de aspecto horrible al que lo tomarían por loco, aunque sin embargo sabía lo que se decía, era el que parecía que llevaba las riendas allí. Dicho hombre empezó a hablar:
-En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar de su volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere. Eso es lo que me dijo uno de ellos.
-¿Quiénes son ellos? –dijo Christine.
-John, ¿es tu hija?
-Así es.
-Verás ellos son los reptiles, los reptiles más grandes de la historia. Sí, te estoy hablando de los dinosaurios que habitaban la Tierra antes de lo del meteorito.
Christine se quedó anonadada.
-Algunos de ellos consiguieron sobrevivir y ahora viven en un planeta llamado kha. Cuando aumentaron en número enviaron a uno ellos. Muy poca gente lo ha visto pero sí que existe, te hablo de Nessie el conocido monstruo del lago Ness. Cuando sabían ya de nosotros lo suficiente introdujeron los libros de los que he hablado antes en una pequeña librería de Drumnadrochit un pequeño pueblo al lado del lago. Allí empezó todo.
-James, me temo que se está expandiendo, Emily ha muerto.
-Esto va más rápido de lo que yo pensaba-dijo James.
-Pero, en caso de que fuera cierto, ¿qué pretenden? Y… ¿cómo sabes tú todo eso?-dijo Christine.
-Pretenden extinguirnos eliminando primero a todos los inteligentes con esos libros y luego, los que queden no les resultará nada difícil invadirlos para recuperar su planeta. Y lo sé porque uno de ellos lo desterraron aquí, a la Tierra y desde entonces somos amigos.
Uno de los allí presentes encendió la televisión. Aparecieron las noticias.
-Mucha gente está muriendo por esta pandemia tan extraña que, al parecer, empezó en un pequeño pueblo de…
-Tenemos que hacer algo -dijeron algunos.
-Sí, pero ¿qué?
-Hay que acabar con el monstro, así no tendrán comunicación con la Tierra.
-Pues ¿a qué esperamos?
A continuación todo el tumulto de gente desalojó la habitación en busca y captura del monstruo. Subieron a un barco, a la orilla del lago y se adentraron en el agua.
Tras una pesada búsqueda al fin lo localizaron y consiguieron darle con uno de los arpones que poseían.
El ser cayó rendido ante ellos. Lo lograron, pero nada había acabado aún.
Desde el cielo se podía divisar una oscura nube, que, al aproximarse se cercioraron de que eran los reptiles que venían a por su compañero.
Ese fue el final para la humanidad.

1 comentario:

  1. Muy buen texto, en el que demuestras tu gran capacidad de escritura y tu gran poder intelectual. Marcate un objetivo en la vida y lo conseguirás.
    Jorge

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