11 enero 2010

Página asesina


<<…En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página, al dar las tres de la tarde, muere>> Fin.
-¿Os ha gustado chicos?
-Síii – Contestaron los niños que rodeaban al cuentacuentos al unísono.
-¡Qué bien! Pero niños míos, no creáis que es verdad lo que dice, como todo lo que os he contado antes, esto solo pasa en los cuentos, nada ocurre en la realidad.
Hubo una pausa mientras dejaba un libro para coger el siguiente. Pero antes de empezar vio ya a los padres de los niños.
-Bueno chicos, ya han llegado vuestros padres. Hasta la semana que viene.
-Adiós, adiós… - se pudieron oír unas voces infantiles decir.
Los padres se llevaron a casa a sus hijos, como cada miércoles, algunos de ellos, y de los cuales habían escuchado la ultima historia, se pusieron a leer su libro de cada noche.
Entre ellos me encontraba yo, don Ramón de Vallarta, Conde de los Pronticas de Nader. Continué el libro que comencé tres noches atrás: “Siempre son problemas”, de Tonya Basset, un libro que me regaló mi mujer por mi cumpleaños.
Yo no sabía por qué, pero todo el rato pensaba en el último cuento -Quien desemboca en esa página, a las tres morirá-, no paraba de repetir en mi mente una y otra vez.
Empecé a leer “Siempre son problemas”. Estuve leyendo durante una hora y luego me fui a dormir. Al día siguiente, aún muy temprano, seguí con la lectura y encontré una página sin letras. Empecé a pensar en el cuento sin parar. –No quiero que sean las tres, no, no por favor, tengo un hijo y no quiero morir. Ya sé que los cuentos son mentira, pero tengo miedo y no quiero morir-.
Llegaron las tres menos cinco, y no paraba de sudar, de moverme de un lado a otro, estaba muy nervioso. Ya eran las tres y yo estaba muy inquieto, aun sin dejar de moverme.
No morí. Me dije a mi mismo que, claro, solo era un cuento y, por tanto, era mentira.
No, no murió, efectivamente, ni ese día ni el siguiente. Pero llegó el año siguiente, ese mismo día, y al dar las tres cayó al suelo. Entró en coma y aún no ha despertado. ¿Simple casualidad?

1 comentario:

  1. Precioso relato, me alegra mucho esta faceta tuya tan imaginativa para crear textos como este.Sigue así llegarás lejos.
    Jorge

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