10 enero 2010

A partir de un minicuento de Julio Cortázar

PÁGINA ASESINA:
La historia cuenta que una niña llamada Alice, que tenía 18 años, una mañana se encontró un taco de libros. Como en esa época las niñas solo servían para ayudar en las tareas de casa, no les contó nada a sus padres.
Cada noche la muchacha leía un rato. Leía en muy malas condiciones, debajo de la manta y con una luz en la mano, aunque a ella le daba igual ya que lo único que quería hacer era leer su nuevo libro.
Por la mañana se fue a comprar con su madre y luego a lavar la ropa al lavadero.
Cuando volvían a casa Alice se encontró con su amigo Carlos.
-Mama, ¿puedo irme con Carlos a jugar un rato?- dijo Alice.
- Vale, pero no tardes mucho que la comida ya casi esta.- contestó la madre con alegría ya que su hija se iba con su amigo.
Alice y Carlos fueron al parque y la chica empezó a contarle lo que había encontrado y el chico no se lo creía, así que Alice saco de su bolso el libro y le dijo:
-Tengo más libros, los cuales me encontré con este.-dijo Alice con gran entusiasmo.
-Pero no crees que el título es un poco raro, digo, es un poco siniestro, ¿no crees?
- Si pero me da igual. Pienso que los demás son como la continuación de este.-dijo Alice.-Bueno me tengo que ir porque lo más seguro es que la comida ya esté, ya nos veremos.
DOS MESES DESPUÉS.
Carlos estaba muy preocupado por su amiga, bueno aunque él no la consideraba una amiga sino algo más.
Por la noche el muchacho estaba pensado y decidió confesarle lo que sentía por su amiga.
Al día siguiente Carlos fue a llamar a Alice para confesarle lo que sentía.
-ALICE!!!!-gritaba Carlos.
- ¿Qué te pasa?-preguntó la chica desconcertada.
-Quiero confesarte una cosa.
-Vale ahora bajo.
En la puerta de la calle.
- yo…yo te quería decir hace mucho tiempo que…que te quiero y quiero que seas mi novia.
-Yo… Carlos no sé qué decir eres mi amigo pero…
- No hace falta que me contestes ahora.-dijo desconsolado.
-No si es precisamente en lo que estaba pensando. Tú también me gustas, así que acepto.
Enseguida Alice y Carlos fueron a darles la noticia a ambos padres. Los padres estaban entusiasmados, por lo menos los de Alice ya que los de Carlos ya se lo veían venir.
AL DÍA SIGUIENTE.
Alice iba por el tercer libro estaba muy contenta.
Por la tarde Carlos fue a llamar a Alice y le contó una vieja leyenda.
-Mira Alice tú ¿confías en mí?
- Pues claro ¿por qué lo preguntas?-dijo Alice muy preocupada.
- Bueno vamos allá. Hay una leyenda sobre tu libro que cuenta así: en un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen, si un lector desemboca dicha página al dar las tres de la tarde, muere. Y el libro es llamado página asesina igual que el tuyo y no pienso que sea una coincidencia.
- ¿cómo te puedes inventar semejante historia Carlos?-dijo riéndose.
-No me lo estoy inventado-dijo molesto.
-Bueno pues si en el caso de que no te la hayas inventando, puede que no sea una coincidencia.
-No te la cuento porque sí, es que me preocupa ahora que te lo he confesado todo lo que pensaba, ahora por un estúpido libro te pase algo.-contestó preocupado-Entonces hazlo por mí y no te acabes ese libro, por favor.-dijo con voz entrecortada.
- Pero es que no me va a pasar nada te lo aseguro.
-Bueno vale pero piénsatelo por favor.
-No hay nada que pensar ¿vale?
-Vale. Bueno me voy a casa. Adiós.
Cuando Alice estaba acabándose el libro se encontró con una página en blanco. Entonces pensó “La leyenda que me contó Carlos era cierta’’. Cuando empezó a hacer memoria, de inmediato bajó a la cocina a ver la hora y efectivamente eran las tres de la tarde. Cuando Alice intentó salir por la puerta se cayó al suelo y nunca más se despertó.
Carlos fue a la casa en cuanto se enteró de que la chica se murió.
Lloraba y lloraba y nadie lo podía consolar. El muchacho le dio un beso en los fríos labios de la muchacha, ese fue su beso de despedida y se fue corriendo por la puerta.
Nadie sabía dónde estaba porque nunca volvió.
Aquel muchacho alegre y enamorado, ahora por culpa del destino era un muchacho triste y con el corazón destrozado.
FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario