27 abril 2009

Un mágico sueño

Todo comenzó una fría noche de invierno, en un callejón oscuro y tétrico. Un niño llamado Cristian pasó por allí sobre las doce y media. Al principio todo parecía tranquilo, a cada paso que daba el callejón se iba haciendo cada vez más largo, hasta un punto en el que se hizo infinito.

Cristian notó un escalofrío que le recorrió toda la espalda, esto le produjo miedo, mucho miedo. Este miedo se vio intensificado cuando al unísono se escucharon dos voces cada vez más próximas a Cristian. Las dos voces estaban ya muy cercanas a él, aterrorizado echó a correr lo más rápido que pudo, pero las voces parecían no alejarse. El terror de Cristian ya no podía ser mayor, o eso creía él. Tan solo a unos pocos metros se abrió una especie de portal que parecía descender a los infiernos, cuando se percató de que había un agujero en la tierra ya era tarde y cayó dentro. Al llegar al fondo de ese gran portal, le pareció observar una gran figura, no sabía si era humana, pero lo parecía. La curiosidad le invadió totalmente y sintió el deseo de descubrir qué era aquella gran figura, tenía miedo, pero necesitaba descubrirlo, así que decidió ir hacia aquel ser. Se acercaba pero aun así no distinguía nada entre aquella niebla tan espesa. Cuando lo tenía a unos pocos metros, aquella figura se movió, Cristian se echó atrás, pero no pudo, ya que algo se lo impidió, a los pocos segundos comenzó a elevarse hasta que estuvo cara a cara con aquel ser misterioso.

Resultó ser Hades, el dios de los infiernos en la mitología griega. Estaba patidifuso, no se creía lo que estaba viendo, Hades le comenzó a contar una historia, muy larga, que duró unas cuantas horas, aun así, Cristian no se aburría, ya que le interesaba mucho de lo que hablaba. La charla de Hades se vio interrumpida por un ruido muy incómodo y molesto, no dejaba de sonar.

Al cabo de un rato se percató de que era el despertador de su casa, parpadeó y al abrir los ojos se encontró en su habitación, pero él estaba seguro de que no había podido ser un sueño, todo aquello había sido demasiado real. Después de pasar unos cuantos días con su rutina normal, decidió irse por un camino distinto de regreso a su casa, dobló una esquina y se quedó perplejo de ver el callejón de sus sueños y se metió a investigar aquel callejón, pero no pasó nada extraño, no se hizo infinito ni nada parecido, Cristian se decepcionó mucho, pero él sabía que había sido real, y que había vivido todo aquello, siempre recordó aquel tétrico y mágico sueño...

Manuel Ganosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario