27 abril 2009

Noche Estrellada

Como todos los sábados por la noche, las dos chicas quedaban para dar algunas vueltas y de paso poder ver el ambiente de la ciudad por la noche.

Para cambiar un poco decidieron ir al campo, porque allí las estrellas se veían mucho mejor.

Cuando al fin llegaron se encontraron con una sorpresa, esa noche había lluvía de estrellas, las dos rápidamente se dijeron: "pide un deseo".

Mery, la cual era la más mayor de las dos decidió pedir que su hermano pequeño mejorara su salud, ya que hace pocos días cayó enfermo; en cambio, Laura quería pedir muchas cosas, pero tuvo que decidirse por una, de todas ellas pidió poder casarse con el chico que ella amaba, pero que su padre no deseaba.

Finalizada esta acción decidieron volver a casa, pero por el camnino de vuelta a casa se encontraron con una pulsera muy bonita, en ella había dos bolas de color difirente.

Las dos quedaron maravillados con la hermosura de esa pulsera, pero como la encontró Mery quiso quedársela.

Nada más llegar a casa limpió toda la suciedad que tenía la esclava, entonces ocurrió una cosa impactante, de la pulsera salían varios destellos de colores y se oyó una voz que decía: tu deseo se cumplirá. Mery se sorprendió y se fijó que en la pulsera dentro de una bola ponía: "tu deseo se ha cumplido".

Ella casi muerta del susto salió corriendo de la habitación y fue a ver a su hermano, éste estaba jugando pero ya no tenía la cara pálida, estaba perfecto.


Mery se emocionó, había conseguido su deseo, cogió la pulsera y limpió lo que quedaba de suciedad, de ella comenzó a salir muchísimo humo, que poco a poco se juntaba y formaba una figura, ésta era la de un conejito de peluche.

Mery más sorprendida todavía, si eso era ya posible, se llevó la mano a la boca y lo que no se esperaba fue que ese misterioso conejo de peluche le habló y dijo con una agradable voz: si tú me cuidas como es debido, yo haré que tu deseo siga cumpliéndose.

La chica, después de tranquilizarse un poco se quedó pensando en lo ocurrido y se dijo, ¿y cómo podré yo saber si lo cuido bien, o mal?, su peluche le dijo: por eso no te preocupes si me cuidas bien tendré una gran sonrisa, en cambio, si no es así tendré un cara de tristeza.

Hubo un gran silencio, ella pensaba en si se habría vuelto loca, le estuvo dando vueltas durante un rato hasta que otra vez le interrunpió su peluche.

Este le contó que aún le quedaba un deseo, porque en la pulsera había dos bolas, es decir dos deseos.

Tras muchos deseos que se le pasaron por la cabeza decidió que se lo daría a su amiga, porque todo eso le sucedió a ella gracias a que fueron a ver esa maravillosa lluvia de estrellas.

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